La vieja guardia del PSOE señala la falta de valor de Zapatero por negarse a debatir con Felipe González

El expresidente declinó la invitación de ‘Ondacero’ porque no quiere «polemizar». Pero algunos socialistas no tienen duda de que de esa cita «no hubiera salido vivo»

Javier Portillo en VozPópuli

La vieja guardia socialista señala la falta de valor del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero por negarse a debatir con el también expresidente Felipe González. El careo lo propuso la cadena de radio Ondacero para que ambos trataran sus conocidas desavenencias en un foro público. Las fuentes consultadas entre antiguos dirigentes del partido descartan que Pedro Sánchez influyera en el ‘no’ de Zapatero, que se justificó por no querer «polemizar» con González.

Estas mismas fuentes apuntan que el expresidente Zapatero, volcado con la acción de Gobierno de Sánchez, ha querido evitar hundirse él y, por arrastre, al partido. «No hubiera salido vivo», explica una socialista que conoce bien a ambos ex secretarios generales. González aceptó la propuesta de la cadena. «Por mi parte, ningún problema. No voy a considerar de izquierdas a un tipo como [Nicolás] Maduro, eso sí, pero puede haber discrepancias y no pasa nada», dijo.

La última vez que los dos expresidente socialistas coincidieron en público fue el pasado 31 de octubre. Aquel día la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón, juró la Constitución por cumplir la mayoría de edad. Ni Zapatero ni González mostraron sintonía alguna con el otro. Un año antes compartieron paseo por la sede de Ferraz junto a Pedro Sánchez para conmemorar el cuadragésimo aniversario de la primera victoria electoral del PSOE, en 1982. Tampoco tuvieron gesto alguno de complicidad.

Hace justo un mes, González ajustó cuentas con Zapatero en El Hormiguero. Se la devolvió tras reprocharle sus duras críticas al Gobierno de Sánchez por su política con el independentismo. Y el tortazo se oyó en Marte: «[Zapatero] es buen muchacho, cuando salió del Gobierno ganó el PP con mayoría absoluta, dejó solo a Rubalcaba y el PSC cayó a mínimos históricos. La peor época del PSC es la herencia de Zapatero, que ahora está ahí salvando al PSC y a todos los demás. No sé de qué nos va a salvar, porque fue una herencia terrorífica», dijo. La inquina de González a Zapatero es manifiesta. Y como ya contó este diario se debe, en gran parte, al papel de este en Venezuela.

El expresidente Zapatero lleva casi 9 años de misión en Venezuela. Y en este tiempo se ha autoerigido en una suerte de mediador, aunque sus detractores (González incluido) le ven más como un ministro al servicio de Nicolás Maduro. Lo cierto es que Zapatero ha jugado un papel central en todas y cada una de las crisis que ha vivido el régimen de Nicolás Maduro en la última década. Las revueltas estudiantiles del 2014, la crisis del referéndum revocatorio del 2016 y la crisis presidencial del 2019 con el choque de legitimidades entre Maduro y el líder opositor Juan Guaidó han tenido a Zapatero como protagonista de una u otra forma. Y casi siempre en defensa de Maduro.

De puertas para fuera, la posición oficial del partido sobre González es que su tiempo pasó y corresponde a la actual generación de dirigentes gestionar la organización. Es más, una de las cuestiones que el propio Sánchez más saca a relucir cuando se le pregunta por el asunto es que el PSOE ahora pertenece a sus militantes. Sánchez se vanagloria de haber conducido a un partido con 145 años de historia al devenir de sus afiliados. Pero de puertas para dentro, sigue molestando mucho que uno de los grandes referentes político del país se comporte así.

En los más jóvenes ya tienen incluso cierta animadversión «al personaje», como le definen algunos cargos intermedios. A González aún le escuecen algunos de los encontronazos que ha tenido con los colaboradores de Sánchez. Cabe recordar el que tuvo con la entonces portavoz socialista en el Congreso Adriana Lastra a cuenta del apoyo de Bildu y ERC a los primeros presupuestos generales que aprobó la coalición de PSOE y Podemos. La política asturiana despachó las críticas de González por apoyarse en los independentistas diciendo que escuchaba a sus “mayores” pero que reivindicaba las decisiones tomadas por la nueva dirección. Y claro, González fue contundente: “No voy a consentir que me manden callar”.

El expresidente González criticó muy duramente la primera carta que Pedro Sánchez remitió a los españoles a finales de abril. «Eso no fue liderazgo». Y atacó sin piedad tanto la forma del líder socialista de llevar el Gobierno y dirigir el PSOE. Sánchez, que en su misiva dijo que nunca ha tenido «apego al cargo», tuvo respuesta de González, quien dijo haber estado en Moncloa «para gobernar, y no para estar». Pero González fue más allá y lamentó que Ferraz se haya convertido en una fábrica de apasionados del líder. El expresidente extraña sus tiempos, en los que en el Comité Federal había un «20% o 30%» de voces discrepantes y «los debates duraban un día, o un día y medio». «Eso se ha acabado», lamentó.