Verdades incómodas sobre la Fonte abaxo

Carlos López, PP de Valdés

En los últimos 4 años he dedicado muchas horas a estudiar y a comprender todo lo que rodea a lo que, sin miedo, podría denominar «caso Fonte abaxo», que -no lo duden- es un auténtico FONTEMOCHO. Ello me permite exponer ahora una serie de verdades, seguramente incómodas para algunos.

Este espacio, que los vecinos y los mapas oficiales llaman Fonte abaxo (fuente de abajo), es el sueño megalómano de un empresario, que ahora se ha convertido también en la obsesión patológica tanto de un alcalde como de un gobierno en la sombra.

Este espacio, del que es copropietario el ayuntamiento (aunque no se sabe ni de que media parte lo es) está asediado por deudas e involucrado en complicados asuntos judiciales que, seguramente, acabarán teniendo consecuencias económicas para los valdesanos.

La Fontemocho le habrá costado hasta el momento a Valdés, según mis cálculos, aunque es muy complicado de saber, del orden del millón y medio largo de euros (compra, alquileres, desbroces, reparaciones, accesos, etc.).

En todo caso, lo peor es que se ha mentido reiteradamente a los valdesanos sobre el potencial de este equipamiento. Las visitas han caído en picado desde su apertura, hace solo 3 años, y no recauda ni 30 mil euros al año, cuando mantenerlo precariamente ya cuesta 10 veces eso. Ni es un revulsivo para el concejo ni se sostendrá económicamente jamás. Es un monumental PUFO.

Este espacio sirve, si acaso, para entretener un par de horas a los turistas, pero el turismo en Valdés ni se ha desestacionalizado ni ha crecido por este jardín. Recursos naturales para visitar tienen de sobra los turistas y encima no les cuestan un euro a los valdesanos (Busto, La Regalina, las playas, las sendas, etc.).

Tampoco debemos olvidar la oscura gestión relacionada con los accesos, adjudicados a dedo durante varios años, o la surrealista e interesada organización de las visitas guiadas. Surrealista también es lo del jubilado que, por «la voluntad», guía grupos que evitan incluso el pago de la entrada oficial. Todo en la Fontemocho es surrealista.

Son muchas las cuestiones por comentar acerca de este espacio, pero tiempo habrá a medida que se despejen algunas incógnitas judiciales, se aclaren temas de contratos, etc. Lamentablemente, los valdesanos hemos sido -como se dice vulgarmente- los «tontos útiles» necesarios para sacar del atolladero a un rico empresario que ha sabido camelar a un gobierno y, lo que es peor, a altos funcionarios municipales. Continuará…